jueves, julio 05, 2018

   Asentada en tu cielo, fluí por él, descansada de todo un vendaval.
   Llegaste en doce pasos y te desplomaste.
   Compartiéndote alegremente, dejando el mundo de puertas para adentro de nosotros.
   Te recorrí tus llanuras, tus mesetas y tus sierras, tus desiertos e, incluso, tus mares al ritmo de Tárrega como mi capricho. Casi de campo como si no fuera el terreno de tus sábanas.
   Mi capricho de tango y señorita a las cuatro de la tarde. 
   Tu piel en mis uñas por error y un "lo siento"a tantos besos como estrellas.
   Pinturita flamenca, llena de arte y picardía no te siento a esta hora de la madrugada. Maldita pinturita.
   Si tú supieras... Caballo de danza que te guardo en mis cabellos...
   Si por mí fuera crearía la mismísima Odisea y provocaría una Ilíada a la mañana que me aleja.
   Que me aleja de mis puertos morenos, que juega a los torbellinos con tu pelo y no me deja puntear tus labios.
   ¡Ay de mí! Que me han hecho saborear la felicidad de un verano a gusto del Sol, rebosante de té y azúcar. 
   Alargando las noches y dejando la puerta del armario entreabierta para las mañanas con tardes de sabor a naranja en patios de rosales con olor a sal.
   Te bailo en pensamientos de azules superpuestos de amarillos que alcanzan la mano del horizonte, besando su terquedad. Casi como tú. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario