domingo, mayo 06, 2018

   Dale más tiempo a tu reloj encerrado en sus horas muertas del pasado.
   No quieras pasar página a tu libro tan bien dibujado y escrito hasta olvidarlo. 
   Estás a dos hojas caídas, a cuatro letras, a seis kilómetros de paso.
   Aprendo a perderte los mares.
   Perdida y agrietada mira desde la Alhambra, leyendo el instrumental sucio y rudo de un enamorado de su propio verso.
   Consolando a la pierna desprendida de un trozo de plomo, al árbol de su ahorcado arrancando las flores de sus pies para respirarlas hasta los pulmones. Cegando la fantasía de una arrastrada, desgraciada realidad alada.
   Bella bruma de una voz rota a luces del alba, caída de las camas de los espejos de la cúpula del cielo.
   Octubres bajo brazos izquierdos deshilachados.
   Besos sin fondo.
   Dioses inventados.
   Luchando a dentelladas de cada paso por el sentido de antiguos mitos sin talento.

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