miércoles, enero 17, 2018

   No intento atesorar el mundo en un pañuelo de mano, desgastado de todos los días, tejiendo de nuevo los ojillos que se hacen lluvia a ras del día. 
   Lo que haría por volver a besarte sin distancias, sin herirme con los minutos que pasan en volandas como los rayos del sol.
   Tampoco quiero sentir los gritos de despedidas alargadas por besos fugaces, porque al menos te debo una noche más de Navidad, después de todo este temporal confuso. Aunque me dejaría perder en tus labios, sujetándome a tus brazos en un sueño planeado de largos días, interpretando meses. 
   Floreciéndote, me perdería en tu primavera permanente. En esa sonrisa construida sin esfuerzo, deslizándome en tus rizos.
   A pasos de gigante, poquito a poquito. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario