sábado, enero 27, 2018

   Una despedida pasada por años y el recuerdo. Inundándose en suspiros de miradas profundas, sin una vuelta atrás.
   La dureza del puñetazo de una mentira a la que se le ven las verdades cayéndoseles por la falda. 
   Ni comas ni peros, tan absortos en la cama del silencio, que en esos momentos sí que es parar el tiempo. Buscando alguna salida en un sombrero de copa, perdiendo las prisas por caer ante el segundero.
   Pender de un hilo entre los tonos de azules y grises. Qué precipitado fue todo en aquella caída impulsada por alguna ilusión tan desgastada... 
   En qué lugar herido se perdió el cariño, siempre y malditamente interrumpido por horas vacías.
   No es un malgasto de lienzo, de partitura, de tinta, de mundo si se puede seguir continuando. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario