sábado, agosto 05, 2017

   Puede que llegue un día y desaparezcas.
   Puede que te vayas, dejándome petrificada, y con un rastro efímero de cenizas a tu salida, haciendo tuya la tierra y sus vibraciones o, puede que te vayas con el suave aire de una mañana desconocida a través de una mentira que se tatúa la vida, ingenua, a un paso de la eternidad.
   Puede que te haya malvivido de una forma absurda hasta ahora.
   Ya no seré capaz de oler tu recuerdo, ni morderte los besos.
   Ni me dejaré la piel en tu boca, ni partirme la espalda en tu cama para florecer entre tus dientes.
   No podré aprenderte, ni marcar a cursiva tu ropa para vencerla en el asiento trasero de tu coche.

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