sábado, agosto 05, 2017

   Aquellas horas parecieron mundos paralelos.
   Demasiados chupitos y copas bailando entre las venas, y yo, bailando en tu entrepierna.
   Que me vuelve más fiera que mujer de letras. 
   Y qué decirte de aquel instante en tu cama. Que fuiste un domingo pasajero en mi piel, que te desahogas como nuestros sábados y me diste qué pensar el lunes.
   Aquella mano resbaladiza por el hueco frío de mi corazón se divierte cuando te ve surcando el asfalto  tomando esas curvas tan cerradas, mirando a la entrada de mi sujetador.
   Juega conmigo en alguna montaña a escondernos entre gemidos para no aparecer como estrellas en un cielo nocturno, lleno de bestias que nos llamen en el momento de empezar o antes de acabar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario