jueves, julio 27, 2017

   Este septiembre la poesía huele a invierno. 
   Las carreras empiezan, y no frenarán hasta escribir el último punto en el sonido de la madrugada.
   El pasillo desprende aromas de los 70´s y movimientos de pajas de los adolescentes.
   Perder el mundo entre las sábanas está de moda para no mirar a la cara al futuro, como aquel polvo de la noche anterior, sin acordarse de su nombre.
   Por alzar una copa de vino blanco a aquella señora que me enseñó a medir el tiempo y con ello, a tomar el pulso al momento. Gracias por hacerme grabar todos los "Estuve aquí" del instante. Qué no haría sin mí.
   Pero estos viajes por el tiempo me dan la cordura necesaria para adelantarme en los tejidos del pasado.
   Vergüenza, ven y dame un ataque de risa para no volver a levantarme.

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