viernes, agosto 11, 2017

   Estos neones no alumbran nuestras caras, tan perdidas como nuestros sentimientos en el fondo de una copa.
   Y es verdad que ya no podemos entender la poesía escrita a años en aquel baño alejado de la realidad, como nuestros ojos, que ya no pueden trepar por los versos.
   Los entrelazamos erróneamente como la ambición, que crece en este sofoco danzante de gotas amarillas, las que limpian nuestra comisura.
   Aquí no existe el frío ni el silencio y, la calma nunca se concibió.
   Escóndete en las sombras para ver ilusiones. 
   Pierde la fuerza y deja de entender.

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