lunes, abril 10, 2017

   Cielo, tu pelo lleno de olas que montan unas encima de otras, con el que te tapas los ojos de fiera que guardan soles a su vera y cambian de color al de los musgos de las primeras horas de los años.
   Que prefieres dormir con el susurro de la lluvia en todas las estaciones y, que te acune la mano del viento del cielo de viento de vista nublada.
   Que tu piel en invierno y verano brille igual que la constelación que sueño en cada página.
   Que no has nacido para atraer de forma especial a las personas y por eso, a oscuras te quedas sola.
   Que haces que tus sentimientos sean tan rítmicos como las costillas que tocan la canción de tu corazón, que desgarra su jaula para comerte a amores por las noches.
   Que haces de la vida un vals de tres. Tú, el amor y la confusión. 
   Realmente, eres los toques tímidos y constantes de una caja de música, que necesita drogarse para dejar de entender y empezar a dormir de una maldita vez.
   Vives entre cuatro paredes, donde dibujas mundos y te diriges sin rumbo a tu ninguna parte llena de subidas y bajadas, de tatuajes y canciones, fotografías y películas, comiendo con la mirada papeles olvidados entre tus faldas.
   No pararás hasta ponerle inteligencia a tu pasión y dejar la ilusión.

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