martes, diciembre 13, 2016

   El suicidio paga por palabras sin sentido y monstruosamente incomprensibles. Dejando puntos en las sombras de algún árbol caído del arrepentimiento.
   El resto de lo que fuimos queda pegado a la suela de nuestros zapatos sin vida por camino. A ningún destino, llorando por viaje.
   Equivocándose a dos palabras por frase de cada piedra en la carretera con rumbo a la cama, para aprender a entender.
   Cada vez. Todo se vuelve tuyo y olvidas, sin fijarte en el odio radiante en cada pupila.
   Porque la palabra héroe solo es palabra, que la realidad solo miente.
   ¿En qué te has convertido Vida sino en un arsenal de interés?
   Todo lo que me separa del mundo es el dulce tachón a mis letras.

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