lunes, diciembre 19, 2016

   Sigo llevando el día de tu cumpleaños en las bragas, recordando aquellos párrafos que te escribí en una cama soleada que te daba para hacerla tuya conmigo dentro.
   Sí. Despiértame sin besos, pero con un gran suspiro final al compás. 
   Con estas cosas haces que crezcan flores entre la soga cuando juego a ahorcarme a llantos, sobre todo, cuando intentas dibujarme la columna de abajo arriba, a mordiscos y besos.
   Cada vez que lo consigues no puedo moverme del gusto y ni uno más me completa año tras año.
   Espero un grito seguido de una suavidad violenta que se pierde y divaga para seguir volviendo.
   No te engañes, nunca he estado allí y ya me estás soñando en mentiras de colores.
   Mentiras de horas, de días, de piel, de besos, de miradas que hacen todo.
   Sí. Es verdad que tu cumpleaños lo tengo tatuado en mi tinta porque casualmente es mi número favorito y tú solo pasabas por allí en aquel momento.

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