domingo, septiembre 11, 2016

   No sé cómo llegué hasta aquí. En qué cruce de frío cemento de respiraciones inacabadas planeé mal, para acabar en un sitio como este.
   Qué clase de planta crece entre gemidos, alucinaciones y palabras en noches sin sentido.
   Cómo y por qué. Preguntas que se llenaban de lágrimas y confusión. Expectativas, sueños, visiones, mundos de carne y hueso, con heridas derramando agua con alguna de sus muchas drogas que me hace perder.
   Perder entre la lentitud, un sonido que me excite y deje de hacerme sudar, queriendo más.
   Cuándo estoy. No sé cuándo me desperté en este río de alquitrán, en el que se crean constelaciones con botellas rotas, estrellas en polvos blancos y dioses tirados, soñando sin dinero en los bolsillos.
    Cómo llegué a ser diosa en este cielo negro y agrietado. Cuando empecé a respirar humo en una carrera blanca ardiendo, recogiendo las plumas caídas de los ángeles.
   Qué buscaba para que ya no me importase perderlo. 
   En qué sonido caí, que no grité.
   Esto no se volverá un clásico. 

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