sábado, agosto 04, 2018

   Al filo de la mañana del Este con tierra y agua, pájaros a medio vuelo, cielo cortado y sueño incompleto: hay un mundo abierto sin dormir.
   Con mala letra e insectos saliendo de sus baldosas a respirar.
   Completando el rosa del Sol.
   Escribiéndole a las columnas del cielo.
   Desmontando un sentimiento, que aún era inmaduro.
   Salpicando las nubes de las cicatrices de los sueños en el alma.
   Entrando por la puerta de atrás del Mundo, a escondidas del camino y con insomnio por delante a modo de bandera estandarte.
   Sin llave para no escapar del azul, que hacen llorar a los ojos rojos.
   Pobre cruz marcada por el calor infinito de una estación caduca, con la fecha ardiente en el brazo.
   A cada momento que puede ser cualquier lugar.
   Expulsada y vuelta hacia atrás.
   Un vómito sin reflejo en un mármol de letras tardías.
   Con resignación, a destiempo y sin valor con ambos sentidos.
   Observando la marcha y permaneciendo en la herida hambrienta.
   Con la sangre de armadura en una falsa lluvia.
   Aún sin comenzar el día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario