domingo, octubre 08, 2017

   Y como por el cielo, mordisqueado por ratones, deja escapar suspiros como lo hacen los dioses de las constelaciones.
   Se deja bailar por otra época, enmascarado por la alegría, la música y las fantasías de una noche a sentimiento abierto, por el que cruza el camino con pasos felinos.
   Pero también se arrastra por enredaderas profundas, que trepan cielos transparentes. Aunque siempre tiene oportunidad de dejarse volar con el viento temporada.
   Acunado en un lecho de sábanas negras espera a su luna, esta noche sin ser escasa. Desnuda y brillante, la acompaña su séquito de brisas de ladrones y asesinos de épocas pasadas.
   Lleva todo el sentimiento en los huesos, quemándoselos, hasta que no queda ni aire, murmurando algún extraño  pensamiento en una lengua extra-terrenal.
   Solo mira el pasillo blanco que le abre hacia una puerta siempre cerrada, que no sabe si traspasar. Pero el "no" es una palabra que le pesa la vida.

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