domingo, agosto 13, 2017

   Manchas mis sábanas con tu  presencia y mi almohada con tus intenciones, que van de cero a cien sin calarse. Ni un solo error.
   Solo curvas cerradas a esta velocidad y, para hurgar en la noche, ninguna disculpa.
   Especie en extinción, en qué hora decidí dejarte vivir. Deja de reírte de mí y mira por dónde vas, que atraviesas abismos sin respuestas, ni salidas.
   Eres la mano en las bragas de otra, difuminándote entre las  nubes de mármol y una ventisca improvisada a estas edades, gritando injurias sin sentido.
   Y sin la energía suficiente, vengas de esta manera a una disputa sin fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario